jueves, 29 de enero de 2009

VUELO-SUEÑO-VUELO


Después de la nube errante, mi pecho sintió dolor. No tuve tiempo de prepararme, caí de rodillas y me salieron alas, sangré las uñas que se convirtieron en garras. Al levantarme me vi la piel que ya no lo era, y tuve una necesidad imparable de salir en vuelo.
A dónde ir? pensé y espontáneamente me respondí: directo a tu corazón
Yo humano estaba acá anclado, sin poder mirarte, sin poder hablarte, sin poder acariciarte.
Fueron tantas las ganas que tuve de estar con vos, fue tanto el deseo de reflejarme de nuevo
en tus ojos, y olor el perfume de tu piel y observar como se eriza, cuando mi respiración pasa
cerca de tu geografía perfecta, que invoqué sin saber al Cóndor, majestuoso, poderoso, rey de reyes, señor de las alturas, capaz de saber a donde está desde lejos, muy lejos.
Y así volé y me elevé, alto muy alto para poder buscarte.
Te encontré y con suavidad me dejé caer lenta y serenamente sobre tu casa.
El sol se estaba yendo, entre los claoscuros me escondí en el vano de tu ventana.
Cuando llegó la noche te vi parada, sola, mirando hacia la nada, entonces te pude ver, pero no te pude habalr, ni acariciar, ni siquiera oler. ¿Porqué? si yo cambié por volver a verte, si sufrí dolor por transformarme en lo que ahora soy, solo para que supieras que mi amor era más alla de lo simplemente humano, ¿porqué?, porque ahora soy un Cóndor, un Rey de reyes, señor de las alturas y vos no me puedes ver.

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