sábado, 31 de diciembre de 2011

2012



No voy a caer en esos lugares comunes de que este año que viene sea póspero, en paz y amor, porque eso es de acuerdo a cada uno y de acuerdo al entorno o circusntancias que se viva. Tampoco voya contar como fue mi 2001 y que espero para el 2012, lo único, si es que si los Mayas tenían razón y no Fabio Zerpa, ya me estoy buscando un paraguita de metal, por las dudas algún "meteorito perdido", me alcance.
Faltan pocas horas, muy pocas, y para mi el brindis que viene de doblete ya que lo hice primero con los Australianos que se robaron un día, IDOLOS, esta noche a las 00:00, brindo por el Homo Sapiens y todas su ascendencia que si pudiera vernos no evoluciona ni por puta.
Espero que sepan apreciar mi obsequio finalero, un prolijo y detallado feriado que este 2012 nos depara, si es que el mundo continua.

jueves, 22 de diciembre de 2011

COMO NOS MOLESTA LA POBREZA


Dicen quienes me conocen, que no escriba sobre política, porque, primero hay personas que lo hacen mejor que yo (totalmente cierto) y segundo porque lo que mejor me sale es el comentario cotidiano con cierta ironía (que es igualmente cierto), pero... sufro de una rebeldía trasnochada, y desteñida como dice un amigo, que no me permite soslayar algunas cosas que me molestan día a día, mas que molestia, es una indignación, por el egoismo de clase, individualismo heredado de un proyecto económico que dizemó a la clase media argentina.
De tumbos, en tumbos, fuimos llegando y algunos sobreviviendo hasta hoy, y otros llegaron muy bien, siguiendo el consejo de Barrionuevo. pero... al revés. ROBEMOS TODO LO QUE PODAMOS.
Todos los días durante las 9 o 10 horas que estoy fuera de mi casa, no hago mas que escuchar en el entorno que me manejo, pseudointelectulaes, clase media, clase media alta, laburantes, corporativos, etc. lo mal que está hoy nuestra argentina, incluso viendo en los medios las crisis del viejo continente, y sabiendo que aquellos que se fueron intentan volver, alaban a los viejos paises, que viven de nuestras producciones, pero bueno de politica hay quienes escriben mejor que yo, lo único que quiero decir es que si tan mal están, si tanto les disgusta este pais, quienes lo gobiernan, porque no se van, o porque no se quedan, ¿una contradicción?, NO, simplemente una observación, si tan mal que no podemos comprar dolares, pero si pasamos escondidos en camionetas, nos quedemos aca, no vayamos a Punta del Este, Miami, Europa, no salgamos de vaciones, nos quedemos en nuestros hogares, y enviemos a nuestros hijos a piletas públicas, y miren que no digo que vayan a escuelas públicas, Dios no lo permita.


lunes, 28 de noviembre de 2011

MI PRIMO, MI AMIGO, UN OLVIDO


Por lo general uno siempre se lamenta cuando un ser querido muere, en nuestro interior surgen culpas y reproches, que muy pocas veces salen a la luz, sino que buscan el perfecto camino de la justificación, y supongo que cada uno sabe porque.

Sin embargo, en mi caso y en este caso en particular, voy a sentirme culpable, voy a sentir reproches, como una confesión intrascendente, porque quien debería escucharla ya no está. O sea solo estoy calmando mi alma atormentada de ¿porque no fui más comprensivo, porque no me acerque más, porque tuve prejuicios?, supongo que de esta manera podré seguir mi camino sin el asecho de mi tristeza y de la serpenteante culpa que muerde desprevenidamente.

Cuando chicos, Marcelo fuimos compañeros de aventuras durante todo el verano en Valle Hermoso, y de cuando en cuando los fines de semana en la casa de Colón o de Cofico. 

Teníamos unos meses de diferencia en la edad, yo era más grande, pero cuando jugábamos siempre estábamos juntos, ¿te acuerdas cuando estábamos escondiendo en Valle y nos agarraron las avispas negras, y a vos te dio fiebre y se te hincho la cabeza?, lo que nos obligó a estar unos días en cama perdiéndonos el juego veraniego, o ¿cuándo diagramábamos  “maldades” para uno de nuestros primos que considerábamos un pesado?.
Más tarde, ya más adolescentes, íbamos como buenos dandi  a tomar tragos a un bar muy fino de La Falda o a escuchar música en una casa de venta de discos, más tarde en “Acustiko” fuimos aprendiendo gracias al Juanchi, lo que era escuchar buena música.

Así fuimos caminado caminos, como dice Machado, fue y seguirá siendo notorio, las diferencias de ver el mundo, pero eso no nos evitó seguir siendo primos.

Yo nunca te “marqué” las cicatrices de una infancia accidentada, y vos nunca me “dijiste” la verdad de mi identidad, fue como un acuerdo tácito, sin haberlo conversado, quizás porque como dice el viejo refrán los extremos en algún punto se tocan.

Después la vida te puso al frente de decisiones difíciles, que fuiste sorteando de a una, algunas veces errando, pero otras acertando, pero en lo que a mí respecta siempre fuiste generoso y confiaste en mí, quizás cuando nadie confiaba.




Nunca voy a olvidar que me diste la oportunidad de poderme expresar, de poder desarrollar mi pasión que es la arqueología y la historia, sólo para ayudarme a sobrevivir. Después, Marcelo los egoísmos foráneos te obligaron a dejarme fuera del juego, o por lo menos, yo lo sentí así, y eso me bastó.

Con el tiempo el olvido nos ganó, a pesar de que de vez en cuando un mail, nos ponía en contacto, y como me dijiste en último mail, si uno no se junta con los que quiere, que nos queda, tantas cosas vivimos juntos. Yo te contesté que tenías razón y que solo te pedía que los problemas de familias quedaran en el olvido, vos me contestaste: sí. Y esa fue la última vez que te vi.     

Siempre te he tenido entre en mis recuerdos, y estas fotos son una prueba, me costaron elegirlas, pero puse en la que estabas sonriendo, porque imagino que la sonrisa es felicidad, por lo tanto como no pensar que por lo menos en ese instante eras FELIZ  





Mi primo, mi amigo, un olvido, te pido perdón y como en aquellos años; cuando te vuelva a ver en algún lugar del infinito, te prometo que no te voy a preguntar porque te fuiste sin pedirme ayuda.

Esteban Pillado Ruibal













martes, 15 de noviembre de 2011

ES BUENO O ES MALO LO QUE ESCRIBO




Y fui finalmente al recital de SR. entonces comprendí algo que había escuchado hace un tiempo a raíz de los problemas de violencia en el fútbol argentino: es que somos fanáticos, y vemos la vida en blanco o negro, 1 o 0, mujer o varón, somos la demostración cabal del BI, bipartidistas, bipolares, binoculares, biosféra, etc, etc. y así fuimos con SR. bisentimentales, le gritamos viva Fidel, viva a Cuba, Viva a la Revolución, Te amo, Te quiero, venite a vivir a Córdoba, bravo Doctor y hasta un "callate histeríca", que evidentemente no iba dirigido a él.
En el derrotero de lo que escribi en la entrada anterior debo decir que me equivoqué en la parte en que dije que es muy probable que los diarios locales nada dirían, sutilmente quise decir que ese diario de 104 años no se referiría a SR. , pero si, y desde una crítica estilética, clavó profundo en la piel de SR. sobre todo porque opinaba el opinador que no quería cantar lo que el público quería que cantara, y lo que canto que el publico quería que cantara lo hizo con desgano. Pero hasta aquí llego, ya que lo que me importa es lo que yo viví en ese recital. 
Y si SR. es un sentimiento, pero no actual, algunos viejitos como yo sabíamos que el fanatismo por él era cosa del pasado, y tan es así que las primeras canciones de sus primeras publicaciones nadie las reconocía hasta que su voz empezaba el primer verso, ¿porqué?, porque los arreglos excepcionales que le hizo a cada canción eran desconocidos para todos, segundo porque las canciones de sus últimos CD sólo la sabían algunos de los cientos de jóvenes que estaban a los saltos en el lugar, por lo tanto los que crecimos, junto a él, en los días de revolución tampoco sabíamos porque no tenemos sus nuevos CDs, o no los hemos memorizados todavía. Pero SR. cantó, y volvió cinco veces a cantar, y los descontextualizados fervorosos fanáticos pensaban, lo digo por sus gritos, que era el amnor al pueblo de Córdoba había abandonado hace 11 años.
SR. cantó porque el es un cantor, un poeta, un artista, que se cotiza y cobra por salir una, dos, tres, o mejor para calmar a las fieras, 6,7,8 veces.
No piensen que cuando escribo esto no me vienen como feos cosquilleos de una reacción o resentimiento, pero como dije antes, NO, es solo que sin traicionar mis principios intento vivir el presente, no el futuro, sólo el presente, este presente que es el mejor presente desde hace mas de 30 años.
Me gustó SR. me gustó como cantó, los arreglos y el repertorio, sigo pensando que es un dinosaurio, por lo que al salir del recital vi que próximamente actuan Sabina y Serrat, y no pienso ir, mejor me compro los CD o DVD. porque soy arqueólogo, no paleontólogo que busco al jurásico

sábado, 5 de noviembre de 2011

RECITALES

 No recuerdo bien en que año comenzó esta costumbre de traer artistas extranjeros de fama y éxito inconmensurables a nuestro país, seguramente, y lo digo sólo por una cuestión de sentido común que fue, o tuvo se cima en la época en que eramos igualitos, igualitos a estados unidos por que nos manejabamos con su moneda (recordad el 1 a 1), y ademas eramos igualitos, igualitos a una monarquia a destiempo de Oriente con el Jeque Carlos, o sea eramos un circo y para colmo no de los mejores o sea que no eramos el Cirque du Solei. Bueno para delirar, allí comence a ver a estos grandes artistas, músicos en el 98% que venían y llenaban estadios y lugares especificos, y recorren provincias, y hasta otros paises, son las famosos "giras".
Así nos acostumbramos a ver decrepitos rockeros o descoloridos negros, que nos cobraban las entradas casi, casi como un sueldo de un trabajador. Pero vamos, y gritamos, y saltamos, y comentamos que barbaro, que geniales, y les seguimos una a una las letras asi sean en ruso, no importa las sabemos a todas.
Dentro de poco, faltan, creo 6 días viene alguien que fue un icono de los 70 (para los que podiamos escucharlo) y los 80, y que recién volvió a tener un vuelo importante en el gobierno de Nestor y Cristina (que confianza, vieron), si, si sospecharon bien: SILVIO RODRIGUEZ, el canta autor, poeta revolucionario cubano, si el mismo, el que nos estremeció con Sueño con serpientes, Mujer con sombrero, Unicornio azul, etc, etc, el mismo cantor que venía y recorria provincias en los 80 en plena alegria y efervecencia de un pueblo que había pagado muy caro retornar a la democracia, y que se descontrolaba por escuchar sus canciones emblematicas que habían logrado que los fueguitos no se apagaran y que el cascarrabia, mal humorado como un star pop se negaba a cantar porfiadamente, pero como a Charly se le perdonaba todo. 
Hoy vuelve, ya mas tranquilo, por lo menos asi se escucha en sus ultimos CD, mas romantico, más profundo (¿?) y mas viejo por algunos videos que he visto, incluso el que vimos todos en los festejos de las abuelas y madres que lo tuvo a el como participante. 
Ante los casi divorciantes ruegos de mi mujer por ir al recital, ese de dentro de 6 días, en Mayo de 2011, gracias al sistema capitalista de entradas anticipadas, a las finaciaciones de las tarjetas de créditos compre 2 entradas que salieron el 15% de mi sueldo de empleado. 
La verdad es que me siento feliz, porque el 10 de noviembre de 2011 las entradas serán mias, totalmente mias, porque ya las terminé de pagar, ja, así que a Dn. Silvio no le deberé nada.
Ahora me pregunto si le pedimos Unicornio Azul, ¿la cantará? o demostrará que sigue el camino de todos las estrellas decrepitas que viene a Sudamerica a aumentar sua arcas.
El 11 les cuento, porque a lo mejor esto no aparece en los diarios locales.
Y por último para todos los que piensan que soy un resentido, les digo: SI..., pero NO, sólo he hecho un análisi objetivo de los recitales de los artistas prehistóricos 

sábado, 30 de julio de 2011

NO MATARAS, PERO MOLESTARAS CON CRUELDAD

Imagen tomada de la página web de la Universidad Nacional de Córdoba

Hace muchos años, conocí al Prof. Del Barco, hombre querible, de aspecto de científico, poeta loco, un ser del cual uno aprendía; sobre todo, recuerdo su campaña en contra de las máquinas. Aclaro que estos encuentros eran informales en un lugar cuyo nombre prefiero olvidar, que compartíamos físicamente. Sin ser nada ni nadie, yo como persona común me nutría de él, y con el mismo pensamiento de que no soy nada ni nadie, me sorprende desde hace algunos años la postura que ha tomada públicamente este querido profesor (Del Barco).
Era y no porque no quisiera, sino porque no la publicaron más asiduo lector de la revista La Intemperie; me suscribí y esperaba con ansias que llegara a mi lugar de trabajo. Era una revista inteligente, moderna, seria, valiente, pues cada escritor se responsabilizaba de lo que escribía, y fue justamente en esta revista, que si para agregarle algún adjetivo más podría compararla, aunque la comparaciones son fastidiosas, a la revista Crisis de los 70, que también dejo de salir y en donde escribieron mentes que con el tiempo fueron y son fundamentales en el pensamiento americano respecto de cómo ver a nuestra región desde el verdadero lugar. En esta revista La intemperie, el Prof. Del Barco publicó una nota criticando a un dirigente guerrillero de los 70 que relataba algunos episodios internos en donde la vida humana tuvo un drástico fin: la muerte. Del Barco reaccionó, y expresó que eran unos imberbes que se jactaban de las muertes y nunca habían tenido ni una migaja de autocrítica. Después otros como corresponde y le respondieron, pero Del Barco no volvió a salir, ni tampoco fue y se entregó a la asamblea de Derechos Humanos diciendo miren acá estoy soy culpable.
Aclaro que si yo no publiqué NADA, de nada solo, fue porque soy nada ni nadie y en los pasillos de la Universidad Nacional de Córdoba, heredera de la reforma del 18, solo se tiene acceso si se es destacado (lo que está bien), si se hace política partidaria, o si es amigo de los dirigentes, perdón Carolina, pero la realidad no se puede tapar.
Y así quedó ese exabrupto del Profesor Del Barco en el inconsciente de los pensantes, académicos, y personas comunes. El tiempo pasó, y nos fue poniendo a la sociedad más al descubierto, fue mostrándonos una realidad social, política, académica, educacional y mediática diferente, “bisagra” como gusta decir hoy -lógica a mi pensar-. Si sumamos y ubicamos en el justo espacio-tiempo de cada hecho histórico y situando a cada persona en ese tiempo-espacio, hubiéramos estados pre venidos a que este cambio se iba y debía dar. Y si nos ponemos poéticos como era el profesor Del Barco cuando lo conocí, podemos jugar con el sentimiento de que esos cambios, nos gusten o no nos gusten, debían venir de las mujeres, las únicas preparadas de la especie para revolucionar el sentimiento, digo como ejemplos destacados Cristina, Carolina, y todas las que se prendieron en el proyecto, nos dieron a los argentinos esa oportunidad de “doblar la esquina”.
Sin embargo el profesor  Del Barco, volvió a salir a la palestra (que fea palabra) y desempolvó sus viejas balas para disparar a un viejo amigo. Debo reconocer que desde mi ignorancia de nada y nadie el profesor Del Barco es coherente y persiste con el mismo tema: “aquellos que estuvieron en los grupos violentos de los 60/70, deberían flagelarse en la plaza pública”, diciendo: mea culpa, mea culpa. Al igual que él lo hizo en esa carta a la revista La Intemperie.
Pero esta vez el profesor Del Barco apostó una ficha más. En el campo, campo, no el de los sojeros, dirían: este profesor se cebó. Y  apuntó sus viejas balas a un poeta, viejo también, que había participado de las dirigencias de los grupos violentos de los años 60/70, reclamándole que no merecía el premio que la Universidad Nacional de Córdoba instauro: “Premio Universitario de Cultura 400 Años” porque no solo era responsable de crímenes sino porque además respalda una dictadura como la Fidel Castro, dando por sentado que el Comandante es un dictador, postura que yo no comparto y que la universidad no puede premiar a semejante monstruo (eso lo digo yo) que es capaz de estar del lado de la dictadura.
Confieso que al principio me dije, pobre profe, está un poco pasado en años, pero después cuando releí los argumentos -Y DE ESTO ME HAGO CARGO PERSONALMENTE- me parece que a mi querido Profesor Del Barco, lo hizo reaccionar la envidia, hace unos años con la revista La Intemperie, que hasta el momento no le había pedido ninguna nota, o lo había entrevistado y con Juan Gelman, que recibiera un premio que bien podría haber recibido él. Olvidó mágicamente su pasado militante, y por más que haya hecho un acto de contrición, ese acto intelectual y casi periodístico no lo exime ni lo autoriza a juzgar a todos los que estén en una situación similar. Del Barco NO ES DIOS, es apenas un profesor, un poeta un filósofo que no ha recibido un premio y que muchos tienen en el olvido. Quizás en su retiro de las sierras o de donde esté ve mucha televisión y al igual que las vedettes de turno haya aprendido que para mantener la memoria hay que aparecer en los medios y hacer “quilombo” y que casualmente en nuestra provincia lo publica con énfasis uno de los diarios satélites de quienes hoy por hoy quieren encaramarse al poder político del país porque no quieren perder la oportunidad de seguir robando a los argentinos.
Profesor, profesor, ha sido usted un idiota útil, le han vendido el espejito de que hay pocos intelectuales como usted y que salir a la comunidad diciendo: los que estuvimos en los grupos violentos somos culpables de asesinatos y torturas y que Fidel Castro es un dictador, y que todos los que tuvieron un pasado así.  no pueden recibir ni un premio, está mal, porque antes de decirlo tendría que haber actuado, y disculpe si se lo marco, pero antes que escribir una carta debería haber ido a la Universidad nacional de Córdoba y decir: RENUNCIO, porque NO MATARAS, y yo me siento culpable de eso. Entonces después haber escrito todo lo que quería escribir. Sino parece envidia de alguien que cayó en el olvido.
Pero no quiero terminar profesor sin decirle que si comparto un pequeño párrafo con usted, que la Universidad Nacional de Córdoba, por boca de su rectora se lavó las manos, porque no se defiende un premio diciendo: para poner de relieve, mediante un acto de reconocimiento público, la labor de personalidades, grupos, asociaciones e instituciones de probada trayectoria en distintas áreas de la cultura y las artes, de Argentina y Latinoamérica. La capacidad humana para crear cultura es la misma que nos permite reflexionar sobre nuestras condiciones presentes y transformar el sentido de la vida futura. Debemos el mejor estímulo para esas tareas a nuestros escritores, poetas, músicos, intelectuales.
Porque en nuestra propia universidad existen una infinidad de profesores e institutos que estarían enmarcados en esa definición. Lamento porque sigo confiando que son estas dirigentes las que han cambiado el futuro de los argentinos. Pero bueno, la política es la política, el gran arte de lo imposible. 

Esteban Luis Pillado - Mendiolaza, Julio de 2011


martes, 28 de junio de 2011

CON FURIA


2011, a 201 años en que la revolución de Argentina, se concretó, los que saben y los que intuyen, saben que pasaron muchas, pero muchas cosas, pero lo que nadie quiere recordar, incluso muchos historiadores es que en estos 201 años hubo muchas, muchas, pero muchas muertes y todas, todas fueron en vano, no solo porque la muerte en si es en vano cuando no ocurre en tiempo natural, vejes o enfermedad, pero no violentamente, pero no por hambre o torturas, CUALQUIER MUERTE ES EN VANO.
Y eso fue lo que nos ha costado a los argentinos, muchas pero muchas muertes en VANO.
Lo peor es que hoy 201 años después siguen existiendo muertes, y mas muertes por nada.
Leo, y miro como algunos poderosos, por la simple cobardía, y mediocridad de no soportar perder un pocos pesos (porque ese es el tema, tener cada vez mas dinero para poder tener poder) mientan, y mientan, y no sean capaces de ganar por sus propios logros.
Hoy es de verdad un día de FURIA, y para aquellos que todavía quieren vivir en la Edad Media deberán saber que nuestra nación y gracias a muchos argentinos que piensan con el cerebro y no con el bolsillo permitieron, luchando, votando la ley que se pueda tener la posibilidad de que personas que nacieron hombres y decidieron ser mujeres puedan tener DNI con el género elegido o viceversa. Y que eso haya permitido que se casen LEGALMENTE. Mala suerte Dinosaurios, ya lo decía Charlie.
Pero la FURIA, no decae, ya que por 12 estúpidos que corren detrás de una pelotita, jugando y por supuesto ganan millones de pesos, una ciudad como Buenos Aires haya estado en manos de los Bárbaros, si esa debe haber sido la sensación que tenían las villas de agricultores en la Edad Media en que las hordas de Bárbaros diezmaban los pueblos enteros por el solo hecho de demostrar eso que eran barbaros, lo mismo que incentivan hoy los poderosos enemigos de todo menos de su bolsillo, y aquellos que son funcionales porque viven de la basura que tiran. (lease los nombres que quieran)
2011, y todavía seguimos siendo bárbaros. Pero tenemos esperanza porque existen muchos que no lo son.  

miércoles, 22 de junio de 2011

LAS REDES SOCIALES ¡¡¡¡UUUUUYYYYY!!!!

Hace poco alguien me preguntó porque no tengo Facebook o Twiter. Pensé unos segundos y respondí: si, si tengo Facebook y Twiter, bueno tengo cuentas de ambos, pero no los uso, esa fue la respuesta.
Claro la segunda pregunta de cajón era: ¿y porqué?, ja porque no uso esas redes sociales.
Facebook, lo estrené, me gustó, comencé a conocer gente a encontrar personas conocidas hace años, todo bien, pero de pronto mi mujer con esa curiosidad propia de las mujeres entró a ese buscador google, puso mi nombre, ella quizás pensó que su marido aparecería como candidato al premio nobel o la sumo al Martín Fierro, pero no me encontró formando parte de la red mas famosa, entonces, siempre ingenuamente curiosa, abrío el enlace y sin golpear se encontró con alguna novia de la juventud... y se pudrió todo. Conclusión NUNCA MAS Facebook.
Lo de Twiter fue peor, entré cree mi cuenta y no pude aprender a usarlo, no se como seguir a personas, me paso siempre de los 140 caracteres, si se me ocurre seguir a la presidenta, desconfío si es ella, por ejemplo, así que la segunda conclusión no lo uso porque no lo entiendo.
Que horror ya dentro de la informática soy un anciano, me manejo con el Blog y los viejos queridos mail y chat. Buuuaaaaaa  

domingo, 9 de enero de 2011

MITOS, MITOS, MITOS





En mi opinión, y perdón por escribir en primera persona, pero estoy solo frente al teclado, lo escrito por Adrián Pietryszyn, es muy revelador, aunque no me guste ese tufillo a intelectual con que nos cachetea en el escrito, más si esta publicado en un diario que tiene una línea popular.
Está bueno, dirían los opinólogos, que se aclare de una vez por toda que son los mitos.
Sin embargo, por más filósofo y epistemólogo francés que lo diga, el mito es una creación popular, que por popular es aprovechado por todo el mundo. Algunos lo aprenden, otros lo aprehenden, otros lo desprecian,  y otros lo usan de indumentaria. Ejemplos tenemos a rabiar, desde cantantes de Rock, o Gardel, y con respeto para los que creen en él: Jesús. Todos mitos que desde distintos lugares son populares.
Y los mitos son eso, una creación de la sociedad, en una sociedad “globalizada” como les gusta decir ahora, que abarca el más amplio espectro de una filosofía económica que los convierte en etiquetas de ismos, enmarcándolos en ideologías que existen por más que en los noventa se hayan esforzado por  decir que la ideología “ha muerto” igual que la historia, una afirmación nos vendió una perversidad, la otra un número considerable de libros que llenaron las bodegas de su autor.
Es por eso Adrián que creo igual que usted que TODOS PODEMOS SER Che Guevara, Gardel o Jesús con perdón de los que creen en él.
Es más si queremos exagerar la afirmación de que todos podemos ser el Che Guevara, bien podríamos decir que todos los niños que día a día mueren de hambre en el planeta son mitos o sea Che Guevaras, Gardel o Jesús, al igual que todos nosotros según la opinión de Dn. Gusdorf. Pero en realidad y es eso lo que me parece que no se dieron cuenta en el artículo es que sino nos descuidamos de los perversos poderosos que nos hacen creer que los mitos son funcionales al sistema, pronto gran parte de la humanidad seremos mitos y podremos hacer una camiseta con la fotos de CNN de un chico con la panza hinchada y lleno de moscas que ocupara todo nuestro pecho.   

Adrián Pietryszyn: Cualquiera puede ser el Che Guevara
Dice el revolucionario Vladimir Ilich Lenin en el comienzo de El Estado y la revolución que el capitalismo tiene la capacidad de convertir a los grandes revolucionarios en íconos inofensivos, canonizándolos, rodeando sus nombres de una cierta aureola de gloria para “consolar” y engañar a las clases oprimidas, castrando el contenido de su doctrina revolucionaria, mellando su filo revolucionario, envileciéndola.
Claro, Lenin se refería a Karl Marx y al marxismo, y la tergiversación de su pensamiento por aquellos que Lenin consideraba aliados o funcionales a la clase dominante, la burguesía.
Pero en esos breves párrafos, el revolucionario ruso develaba una estrategia de dominación del capitalismo que se repetiría a lo largo de la historia. Ni por asomo se hubiera imaginado lo que sucedería muchos años más tarde con otro revolucionario, un argentino que protagonizaría una de las revoluciones más importantes de la historia. Nos referimos a Ernesto “Che” Guevara. Si a Lenin lo irritaba lo que en ese entonces sucedía con Marx, con esa entronización que vaciaba su contenido revolucionario, no quisiéramos pensar lo que opinaría de lo que ha sucedido con el Che.
El lector atento podría sugerir que el hombre de la revolución cubana es un verdadero ícono de la lucha revolucionaria, que es miles de banderas en todo el mundo levantadas en las luchas populares. Es cierto. Pero no menos cierto es que su figura ha sido convertida en mito, y con ello –y aquí es donde queremos detenernos–, se ha rodeado de esa “aureola de gloria” que Lenin denunciaba acerca del revolucionario pensador alemán.
El procedimiento de otorgarle un carácter mítico a la figura del Che Guevara lleva a que se lo ponga en un altar y así, se lo sacraliza, se lo vacía de contenido revolucionario. Lo convierte en una figura merecedora de respeto. Desde esta perspectiva, las clases dominantes destacarían el modo en que el Che defendió sus valores e ideales, su perseverancia y liderazgo, su carácter para alcanzar objetivos, es decir, atributos que pueden tomarse como ejemplo, no para una transformación social, sino para el éxito individual, para triunfar en la vida, o mejor dicho, en el imprevisible e incierto mundo del libre mercado.
En esta línea, la mitificación del Che, produciría como principal efecto la imposibilidad de imitarlo. Es decir, Ernesto Guevara hubo y habrá uno solo, único e irrepetible. 
Aunque sea conceptualmente complejo, debemos explicar que aquí no entendemos al mito como una simple narración, relato o leyenda, sino como lo que el francés Georges Gusdorf en Mito y Metafísica llama “conciencia mítica”.  Esta es una concepción del mito no como narración sino como una estructura de existencia.
El filósofo y epistemólogo francés lo entiende como una afirmación de totalidad. El mito tiene por función hacer posible la vida. Ofrece un lugar a las sociedades humanas y les permite perdurar. Garantiza su existencia constantemente expuesta a la inseguridad, al sufrimiento y a la muerte. El mito permite constituir una envoltura protectora, en cuyo interior el hombre encuentra su lugar en el Universo.
Como dice Gusdorf, la historia nos presenta un horizonte abierto, es decir, inquietante. Pero el hombre, por instinto, busca estructuras cerradas, que sean garantía contra los acontecimientos y sus amenazas. Gracias al mito, lo insólito se convierte en habitual: ocurre siempre la misma cosa, es decir, no ocurre nada. Marchamos entonces con banderas del Che probablemente hacia ningún lado, nos vestimos como él y usamos sus remeras, nos dejamos la barba y pintamos su inalterable figura en rígidas paredes.
Pero lo más interesante del planteo de Gusdorf, es que el mito tiene una función dual. Es a la vez conservador y liberador. Por un lado, mantiene y reproduce un statu quo determinado. Esta faceta es la que utiliza el capitalismo, resignificando los símbolos e ideales revolucionarios para volverlos, como argumentaba Lenin, estériles. Como consecuencia, el efecto es la paralización, una cristalización conservadora del espíritu liberador del mito. La repetición y la estandarización son los mecanismos por los cuales el capitalismo exalta el carácter conservador y por los cuales diluye su espíritu liberador.
La novedad que ofrece la proposición de Gusdorf, a diferencia de Lenin, es ese resquicio por el cual se podría contrapesar ese efecto conservador. Lo importante, lo audaz, sería pensar a Ernesto Che Guevara en su dimensión más histórica y obstinada.
En este sentido, el mito no sólo debe ser considerado como una perpetuación de una realidad dada, también abre espacios para una inspiración liberadora, que transite un rumbo de transformación de la realidad. El mito puede ser también explosivo, imaginación y pensamiento mágico, creatividad pura. Podría ser, en definitiva, posibilidad de utopía, y con ello la búsqueda de formas de liberación, que no necesariamente se alisten en el camino de la lucha armada.
Es factible especular entonces que hubo (hay y habrá) muchos como él, muchos hombres y mujeres anónimos, muchos Che Guevaras, que por azar o fortuna no han quedado en los anaqueles de la mitología moderna, pero que supieron enfrentar a la muerte en su intento de trasformación de la sociedad capitalista. Podemos inferir, en definitiva, que es posible pensar que cualquiera de nosotros puede ser un Che Guevara.
Fuente texto: diario Tiempo Argentino, 24 de diciembre de 2010

domingo, 2 de enero de 2011

LA OTREDAD




Nunca he podido corregir, insinuar, algo a quien admiro, y es mi caso con José Pablo Feinmann, que se ha convertido en estos años un modelo de la argentina que piensa (según mi humilde entender, se pueden contar con los dedos del cuerpo).
Desde mi lugar de Arqueólogo he leído en los últimos años algunos trabajos que proponen una mirada del otro desde la Etnonoarqueología, para poder así comprender más la conducta de las sociedades no existentes. O si, como es mi caso, queremos darle una explicación desde el que "perdió" estudiar al "otro" conquistador, invasor, asesino, como quieran llamarlo.
Por eso cuando uno admira a alguien puede hacer dos cosas o subirse al ego y criticarlo buscando orificios milimétricos como larvas, o decir, si, estoy de acuerdo. En esta segunda opción se puede aportar, sabiendo que lo único que se hace es como pintar una pequeña imperfección que uno ve en la pared porque justamente la ve desde afuera.
Lo que he leído en este artículo de JPF, me remitió casi inmediatamente a los años 60, cuando los argentinos recién estaban descubriendo Brasil, como si nunca hubiera estado allí, y las clases medio(cre) argentinas se espantaban de lo racista que eran los brasileros, y justificando a los norteamericanos, porque bueno ellos eran esclavistas por naturaleza, en cambio nosotros eramos una sociedad amplia, sin prejuicios de color, ja, los pueblos originarios ni a otros llegaban, los criollitos/tolitos del norte eran peones o sirvientas en las casas de la ¿aristocrática? sociedad argentina. Ese imaginario colectivo, muy propio de la creación de mitos de nosotros los argentinos, iban acompañados de que tenemos el bife más rico y mejor del mundo (perdón Cordera) o la Av, mas ancha del mundo (claro estaba en BsAs)y así una lista que no quiero escribir porque me va a ayudar a perderme en el punto.
Los argentinos siempre odiamos al otro, construimos el país en  base a ese concepto, y hasta inventamos slogans para impedirnos ver el trasfondo de esto: azules y colorados, boca y river, Piazzolla y Troilo. Es más nos ufanabamos de lo bruto que eran los Norteamericanos, cuando enviaban una carta por correo postal ponían BsAs, Brasil, ¡que bestias, que incultos! no sabían geografía. Yo que a los del norte no los quiero ni así de poquito, pensaba porque no se habrán quedado de verdad en los depósitos del correo de Brasil todas esas cartas, capaz que de algún golpe de estado nos hubiéramos salvado.
Siempre hemos pensado los argentinos que el otro era un mal tipo, lo disfrazamos al odio de clásico, de enfrentamientos dicotómicos, pero nunca aguantamos al vecino, ni siquiera el que está cruzando la cerca de ligustro.
Estimado JPF, le pido disculpas por tanto atrevimiento de escribir sobre algo que usted escribió, pero como me dijo una vez una profesora de Antropología Social: "si con mis clases logro que uno de ustedes cambie y despierte a la apertura de mente, me siento satisfecha", y usted JPF logró eso conmigo, me abrió los ojos y me hizo recordar una época que se estaba en la calle y se escuchaban todos estos mitos, basados en su explicación de la otredad. Gracias        

José Pablo Feinmann: El argentimedio y su odio al otro


Sé que la frase –elaborada esencialmente por filósofos– la otredad del Otro ha merecido algunas bromas. Pero no hay fórmula filosófica que no las merezca si alguien se propone hacerse el gracioso a su costa. No me río ni hago bromas sobre ese concepto que he enunciado: la otredad del Otro revela una condición trágica e insoluble de la condición humana. La otredad del Otro es aquello que establece al Otro en mis antípodas, que lo privilegia como objeto central de mi odio, que puede hacer de mí muchas cosas que no desearía ser. No ser un asesino, por ejemplo. Cuando la otredad del Otro llega a su extremo intolerable para aquel que lo considera su Otro, la más frecuente solución es matarlo. El odio con que muchos hablan de eso que hoy han establecido como el Otro lleva a preguntarse a qué extremo serían capaces de llegar. Sobre todo porque el Otro del que hablan no los afecta directamente. Ya sabemos que la Argentina se ha deslizado de un Otro a Otro y a Otro: el gauchaje federal, el malón, la inmigración, el cabecita negra, la guerrilla, los piqueteros, etc. Siempre se necesita otro. Alguien en quien depositar el odio. Hoy, el Otro es el inmigrante. No sólo aquí. La furia es generalizada. El muro que levanta Bush contra los mexicanos. Los musulmanes de Sarkozy. Los “indeseados” de Berlusconi. A comienzos de la década del ‘90, ya Samuel H. Huntington decía que los nuevos problemas serían el Islam y los inmigrantes no deseados.
El argentimedio (que es el argentino de clase media, aunque no es toda la clase media porque ésta no es un bloque homogéneo, aunque prevalezcan en ella valores escasamente ligados a la insolidaridad) es alguien que suele considerarse –así lo dice– el jamón del sandwich. Bien analizada, esta condición no debiera ser indeseable, ya que sin jamón no hay sandwich, ya que el que come un sandwich lo come más por el jamón que por el pan o por ambas cosas. Pero la expresión señala una incomodidad: estar en el medio, apretado entre dos cosas que están en dos extremos diferentes: una parte del sandwich y la otra. Una arriba, otra abajo. El jamón, en el medio, pareciera ser la víctima de su situación en el mundo. No está en ninguna de las dos partes y no sabe a cuál pertenece ni a cuál adherir, aunque quisiera estar arriba. El argentimedio no quiere estar donde está. Necesita algo que le dé importancia. Que haga de él algo distinto de lo que es. Sale de esta situación por medio de Otro a quien odiar. “¡Nos vienen a robar el país!” dice el argentimedio de los bolivianos, los paraguayos y los peruanos, a los que ha bautizado con nombres despectivos. Bolitas a los bolivianos, por dar un ejemplo. “¿A usted le ocuparon algún terreno?”, se le pregunta. “No.”
–Entonces, ¿por qué le vienen a robar el país?
–¿Cómo por qué? Porque nos vienen a sacar el trabajo.
–¿A usted le sacaron algún trabajo?
–No.
–¿Qué país le vienen a robar?
–¿Cómo qué país? Este, el mío.
–¿Usted cree que este país es suyo?
–Claro, yo soy argentino.
Lejos está de advertir el favor inmenso que le hace el inmigrante al que odia. De pronto, el argentimedio es propietario. Tiene un país. Un país codiciado. Si no, no vendrían a robárselo. De pronto, es poderoso. La Argentina es suya. El, que era un rata como cualquier rata que anda por ahí, que era un empleado con un jefe que le arruinaba la vida, con una mujer o un marido o una familia a la que apenas aguanta, o que anda en un tacho desde el que arroja todo su odio sobre el mundo en general, que escucha las radios de derecha, que ve la TV vómito, ahora, súbitamente, habla en nombre de algo que le pertenece: el país. ¿Quién se lo dio? El Otro. El boliviano. El boliviano le dio la Argentina que, sin él, jamás habría tenido. Ahora es poderoso. Es un terrateniente. O habla como uno. Dice las palabras que decía Cané en los círculos oligárquicos de principios del siglo pasado:
–Nos vienen a quitar lo nuestro. Quieren entrar en nuestros salones. Los argentinos cada vez somos menos.
Cualquier argentimedio puede decir durante estos días:
–Los argentinos cada vez somos menos.
¡Qué enorme favor le ha hecho la otredad del Otro! La otredad es todo aquello que hace que el Otro sea el Otro. El Otro es negro, es feo, es sucio, es extranjero, es un invasor. El, no. El es argentino. Con el solo hecho azaroso de haber nacido aquí le alcanza. No necesita hacer nada más. Es argentino. Y el bolita le ha permitido sentir que la Argentina es suya. Tanto lo necesita que –si no existiera–, tendría que inventarlo. Sartre, en su ensayo sobre la cuestión judía, dice que si el judío no existiera, el antisemita lo inventaría. Lo mismo aquí: si el bolita no existiera, el argentimedio, el argentimedio(cre), el xenófobo, el racista, ese hombre pequeño que necesita odiar para existir, lo inventaría.
Fuente texto: diario Página 12, 26 de diciembre de 2010
Fuente imagen: blog humortesan.blogspot.com