domingo, 15 de febrero de 2009

LOS REGALOS



El que me diga que no espera los cumpleaños, las fiestas de fin de año, para recibir regalos, y sentir esa cosquillita en la panza, que da abrir el paquete y ver lo que hay adentro, me miente, sí, me miente. Uno ve en ese acto lo que el otro lo considera, si sabe cuales son los gustos o si por lo menos tiene el sentido común de regalarle algo práctico. Es verdad, la practicidad se convirtió entre los 60-80 en algo que a las madres fastidió bastante, no había día de ella que no se le regalara una licuadora, batidora y todas esas cosas del hogar que a lo único que apuntan es decirle mamá, tenes que tenerme el licuado listo, la torta a punto y no se, la pieza sin tierra si el regalo es una aspiradora. (viejo concepto de la educación clase media, que hasta en los libros del primario aparecía: mi mama amasa la masa, como si las madres no pudieran salir de la cocina). Supongo que ahora regalarle un iPhone está mas de acuerdo, pero quien lo paga. Otro ejemplo es la máquina de afeitar para papá, por más que papá sea lampiño y no se afeite ni con el cuchillo de Rambo, la maquinita esta allí. Me recuerdo que tenía en mi adolescencia unos amigos que todos los días del padre le regalaban a él el simple de Piero "Mi viejo" durante tres años seguidos, Jua, eran tres hermanos.

Así, los regalos son parte de toda una tradición, de buena educación y de demostración de quién es el regalado y quién es el que regala, los grados de compromisos y lo que se puede obtener mediante él. En definitiva el regalo es una extorsión institucionalizada, en donde los que mejor ganan son los comerciantes que venden esos regalos, salvo que uno sea un artesano ambientalista y haga obsequios con raíces, frutos de árboles, piedras, etc. (mi hija es un ejemplo).

Cómo va a llegar uno a un cumpleaños sin llevar un pequeño obsequio, aunque sea para que al irse los que quedan no digan viste que fulanito/a no te trajo regalo y bueno hay que abrir otra botella porque esto va para largo.

Ahora, pienso, que hacer cuando se está en una fiesta de cumpleaños, la dueña del onomástico es una dama (oobbvioo man), y comienzan a llegar las amigas, tías, suegras, parientes lejanos, etc. cada uno con su bolsita. Recuerdo que en este último cumple que me tocó vivir, alguien (femína) llegó con su bolsita que ya anunciaba el regalo (una perfumería), recuerdo también que la cumpleañera es adicta a ellos, entonces la ecuación perfecta: amiga=perfume=regalada=fanatica perfumes= TODO PERFECTO. Entonces comienza la danza del regalo: Regalada: ¡aaahhhh! que hermoso no te hubieras molestado. Regaladora: Por favor es una tontera. Regalada: ¡aaayyyyy! un perfume con lo que me gustan.

Entonces el segundo movimiento de esta danza es que el paquete se abra, se lo hace con grandes movimientos como demostrando que el regalo es el mejor y aparece el envoltorio final con una cajita que indica que tipo y marca de perfume (en este caso) es. Y para hacerla corta, la caja esta rota, pero mal y la botellita del perfume toda sucia y ¡¡¡VACIO!!!, sí aunque usted no lo crea vacío. la regalada rápida como el rayo (pura educación) guardó la botellita, la caja y la bolsa que fue a parar a la montaña de regalos. la regaladora, se le cayó justo el lente de contacto y por supuesto la atención se desvió hacia el pobre perro que fue acusado de comerse el famoso lente.

La del regalo usado fue la primera en irse, pero no antes de haber comida la torta, y los demas ¡se quedaron todos! yo incluido para volver a ver el regalo.

Pienso y re pienso ¿cuál fue el motivo de este regalo?, ¿una distracción?, ¿un mensaje subliminal?, ¿una muestra de la crisis de Dn Obama? o qué.

Usted tiene la respuesta yo no y la del cumple un perfume vacio y todo pegajoso.

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