miércoles, 25 de febrero de 2009

EL RAP DE LAS HORMIGAS




Otra vez tengo que agradecerle a Charly, el me ha prestado estas estrofas:

“no me banco a las hormigas,
por favor pásame el raid”

Es verdad no me las bancos, me vine al campo para estar tranquilo, para que mi vida sea mas larga sin penurias y ese famosa palabra llamada stress.
Comencé por lo convencional, plante árboles, rosas, jazmines, robles, pinos, etc, etc, mi jardín era un primor, parecía de esos de cine.
Fue una noche de verano, esas húmedas que anuncia lluvia, esas que uno disfruta porque sabe que durante la noche va a llover entonces el sofocón amaina, y a la mañana el frescor matinal hace que uno se alegre de estar donde está.
Esa noche no llovió, bueno la naturaleza no es infalible, será esta, pero de la tarde no pasa, negros nubarrones circulan el cielo y avanzan sobre nuestro patio amenazantes, llenas de agua, quizás hasta piedra, se van metamorfoseando, inventan miles de formas caprichosas, el espectáculo es indescriptible.
Pero claro tanto mirar hacia arriba, dan dolor de cuello, entonces bajamos la cabeza y buscamos la belleza de la superficie, las rozas por ejemplo, y vamos hacia ellas, como un novio busca su novia en el altar. ¡¡¡HHHHAAAAAHHHH!!!!, ¡¡¡¡AAAAYYYY!!!!, ¡¡¡¡HORROR!!!!, ¡¡¡¡NOOO!!!!, GRRRRRRR, no Dios, no, esto no puede ser:¡¡¡¡AAMMOOOOOR!!! Digo a los gritos, nosotros los hombre cuando tenemos un problema digamos doméstico a quién llamamos, a nuestras esposa, ellas son fuentes inagotables de respuestas a nuestras incógnitas indescifrables.
MIRA, MIRA lo que me han hecho estas hormigas de M., se comieron todas las rosas, dejaron los palitos peladitos, se comieron el roble, ahora le están dando al pino.
Entré desesperado a la casa buscando como si fuera el antídoto para la muerte al raid, si ese que tiene unos dibujitos graciosos que hacen explotar a los insectos. Mi señora con paciencia franciscana, si es que los franciscanos tuvieron paciencia o es otro mito, me señala que el raid que blando en mi mano como arma letal y decidida al exterminio es para moscas y mosquitos. No importa yo les tiro igual, algo tengo que hacer. FSSSSS, FSSSSSS, FSSSSSS, FSSSSSSS, FSSSSSS, les juro que cuando me arrodille sobre el caminito que iba prolijo y sereno hacia la planta, una de las hormiguitas me miro y esbozo una sonrisa de gozo.
Sin pensarlo me subí al auto, y fui al super derechito a la góndola de los aerosoles exterminadores de hormigas, había dos, las hormigas eran un plaga que no atacaban solamente mi jardín me comentó sonriente la cajera, Volví a mi casa como si esta se estuviera quemando y de nuevo FSSSSSS, FSSSSSS, FSSSSSS, FSSSSSS, FSSSSSS.
¡Ja!, ahora si caían, se revolcaban con las patitas para arriba, se confundían, se chocaban entre ellas, se despistaban y yo como un gesto de desaire les zapateaba un malambo, con flamenco y recuerdos de la infancia cuando quería caprichosamente algo que saltaba desbocado sobre mis pies.
Luego de 10 minutos de batalla agotadora y en medio de un ataque de estornudos por el exceso de raid, vi mi obra, ciento de ellas, desparramadas, descuartizadas, el caminito cortado, húmedo por el líquido exterminador. Me iban a ganar, insectos insignificantes.
Ya en la tranquilidad del hogar y maquinando que hacer con este ejército de pequeñas devoradoras, entré en sueños y esperé que el día fuera otro.
Mi último pensamiento fue que me acababa de unir a tres hormigofobicos famosos El padre de Mafalda, Charly García y Yo.
La mañana siguiente, así como estaba fui al jardín de nuevo y el desastre era mayor, el caminito que yo había bombardeado con furia estaba otra vez reluciente y asfaltado y cubierto de miles de hormigas que lo recorrían de ida y vuelta, las de la derecha cargadas con pétalos y hojitas, las de la izquierda sin nada.
Mi odio no tenía medida, sentía mis cachetes calientes de ira y al entrar vi que el piso estaba invadido por mas hormigas, pero no una, dos o tres sino por miles que se dirigían ufanas a la cocina, al tacho de basura, a la azucarera.
Aunque no lo crean me desmayé y me desperté gracias a los primeros auxilios de mi perro que me lamía la cara arriba de él hormiguero con miles de ellas que empujaban por introducirme en el orificio.
Conclusión si se van al campo asfalten con cemento doble todo el jardín y las flores viene ahora muy reales y hermosas artificiales.

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