Si algún despierto se da cuenta que estoy escribiendo estas entradas horas antes de que realmente sea el día preciso de mi cumpleaños, les cuento que sabiendo eso me traslade hasta China, más precisamente Pekín, ya que al estar justo del otro lado de nosotros tiene un día adelante a nostros, o sea que mientras yo estoy ahora con un año menos el chino que cumplió el 16 de marzo tiene ya lo que yo voy a tener después de las doce, hora modificada y autorizada por la ¡PRESIDENTAAAAA!.
Bien, entonces, cuando sople la velita (malos pensamientos detenerse) tuve tres deseos, dos de ellos no puedo hacerlos públicos por ahora, pero no desfallezcan, pronto lo haré. El que queda es que como esos niños de películas norteamericanas, el día de navidad juntan sus manitas, y con lagrimas en los ojos, rubicundos, sufridos le piden a Santa que por favor les de una mascota, y cuadro siguiente en la puerta bajo la nieve, aterido de frío se siente un ladrido de un perrito intentando entrar, snif, snif, snif.
Yo, un poco mas materialista, y mucho mas justo, solo pedí que por arte de magia, hace 10 años que lo vengo pidiendo, mi ex me duevuelva la colección de Discos de Vinilo que junte desde los 14 años y ella de pura maldad, como castigo por haber dicho un día no va mas, me los quito y dejo que el tiempo los fuera destruyendo. Junto a todos los libros de mi especialidad que ahora y nunca le sirvieron a alguien.
Miren ustedes ese fue mi deseo. Pero la magia, Santa y la bondad en algunas personas no existen, así que un año más disfrutaré del amor, el afecto de mi actual esposa y amigos e hijos y de mis recuerdos que nadie pero nadie me va a quitar.
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