lunes, 23 de marzo de 2009

COMPRENDIENDO LA REALIDAD



No es necesario que cuente, ni siquiera para aquellos supuestos que no son de esta tierra, que cuente cual fue el final. Fue eso final.
Pero si es necesario que cuente, que el devenir, que la vida, que el destino, que la levedad del ser, que las historias particulares que conforman intrincadamente LA HISTORIA, posee un principio, un final, y un camino entre esos dos puntos que hay que recorrerlos.
Aprendí después de recorrer más de la mitad de mi vida, que del agua hirviendo, sin solución de continuidad pasamos al agua helada y en el espasmo debemos decidir seguir, como sea pero seguir. Así mientras las entrañas se me retorcían por la incomprensión, me llegaba la noticia que mi hija había traido a este mundo y en su propia casa a Santino, mi tercer nieto.
De un llanto a otro llanto, del rictus a una sonrisa amplia.
Entonces pensé, que Santino había dejado una estrella en el cielo para que Sofía se la fuera a cuidar, que el final se cubre con el principio, y que así fue y así será siempre. Por eso Santino te he puesto de espaldas con otros principios para sin vernos decidas que va a ser de tu vida.

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