miércoles, 8 de abril de 2009

PAYASOS II


Los payasos no saben reir, cantó alguna vez Litto Nebbia, y cuanta razón tenía, pero si saben hacer reir, ellos conocen la llave de nuestros corazones y entre cachetazos, ironías, ridiculeces y tropiezos, grandes y pequeños nos reimos. Todos sabemos como son, todos conocemos su narices rojas y redondas, sus caras blancas, sus ojos remarcados de negros sus cahetes circulares rojos bien rojos, zapatos exageradamente grandes, pantalones y camisas coloridad y cinco talles mas. Voces aflautadas y cascadas. Pero cuando se van quedan detras estelas negras de fantasmas doloridos, descuidados por años que de tanto estar allí ya no se rien ni siquiera de la pobreza de los payasos.
Hoy en los circos o en espectáculos cirquences, no se permite el mostrar o hacer actuar a los animales por razones de humanidad, me pregunto ¿no podría hacerce lo mismo con los payasos, no dejarlos actuar por razones de animalidad?
Yo que ya no estoy, que solo recorro los viejos circos para no caminar el camino de nunca regresar, los escucho entre las sombras como lloran sus tristezas, que no son como las tristezas de los hombres comunes, ellos sufren porque tienen como oficio hacer reir, y no reirse, pobres seres fabricantes de sonrisas que no saben que yo soy la tristeza que los agobia y empobrece.

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