martes, 19 de enero de 2010

LO QUE PIENSO CON RESPECTO A UN ARTICULO DE LA MINGAENMOVIMIENTO


No se, escribo esto espontaneamente, “sobre caliente”, me pareció muy prolija la descripción de Clase media que realizó Alejandro Horowicz, pero, quizás por ser un articulo pequeño, por lo tanto muy general, no profundiza el origen de la clase media argentina, porque Marx, dijo lo que dijo, y sobre todo CUANDO lo dijo. La clase media burguesa fue la que colocó a la bisagra en Francia, esa bisagra que tanto nos gusta a los historiadores (nació Cristo y la historia se divide anted de Cristo, despues de él, y la edad moderna la decapiraon a Maria Antonieta e inmediatamente empezó, esa bisagra marcó claramente que el poder se peleaba en otro campo, el del comercio, el de la produccion y del consumo (tambien generalizando. Rescato esa definición de que la Clase Media, esta de un lado y del otro, nosotros los argentinos hemos tenidos varios ejemplos a lo largo de nuestra mas reciente historia. Corralito, Paro del Campo, Plata dulce, deme dos. Por definición universal de patron de comportamiento sociológico La Clase media es traidora, es capaz de poner dinero e influencias para derrocar un gobierno que no les da lo que quiere, o es capaz de poner dinero e influencias para construir muros o marginar cada vez mas a los pobres, si los ven sucios o que piensan distintos y pueden hacer peligrar su standar de vida. En los años 40 con el impulso de la guerra, y el abismo entre pobres y ricos, el gobierno fabricó la clase media, esa que soño Marx (no se si fue pesadilla), pero como decia el viejo viscacha, muchos buscaban el palenque en donde atar el caballo.No comparto AH, que Marinez de Hoz, por más que se lo haya dicho, o Victoria Ocampo fueran Clase Media, quizas como en Halloween se disfrazaron de eso, pero eran hechizeros oligarcas, y para no olvidar Menendez, soñaba con ser aprendiz por lo menos de esos hechiceros, y su amigo (de ambos) el mingo Cavallo, mas porque tenía la perversidad de un esquizofrénico, o acaso nos olvidamos de que el desde el lugar que hoy se atrinchera Retardado (perdon Redrado) dijo: TODA LA DEUDA DE LOS PRIVADOS ES LA DEUDA DEL PUEBLO ARGENTINO, SI LA CLASE MEDIA QUIERE COMPRAR CASA, aca les regalo la 1050, por contar las mas populares, la verdad es que no estoy de acuerdo bajo ningun aspecto eran Calse Media, eran unos oligarcas o aprendices de oligarcas capaces de matar a 30.000 o mas porque nunca se va a saber, con tal de entrar al Club Social, no a la pileta popular.
ARTICULO DE LA MINGA EN MOVIMIENTO
Alejandro Horowicz: La lección que la clase media no aprendió
Los comerciantes conocen el secreto: la adolescencia contiene casi todo el target “aspiracional hacia arriba y hacia abajo”: los chicos y chicas de 9 a12 años quieren ser adolescentes, lo mismo sucede con los de 30, más allá de su sexo, y los que tienen más edad de ningún modo aceptan que se note.
En materia de distribución del ingreso y pertenencia a clases sociales ocurre otro tanto: todos quieren ser de clase media. Al menos así piensan los economistas del Centro de Estudios Distributivos Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad Nacional de La Plata. La tesis, más sociológica que económica, permite ver que la “clase media” funciona como proyecto tanto para pobres como para ricos. A ese club todos creen/quieren pertenecer.
“Un 50 por ciento de la población piensa que se ubica en los dos deciles –20 por ciento– del segmento medio, y eso es matemáticamente imposible”, explica Guillermo Cruces, economista de la UNLP. El efecto observado resulta asimétrico, ya que son más los ricos que creen pertenecer al club, que los pobres que pueden acceder a él.
Pero: ¿cuál es la magia de la clase media?
Victoria Ocampo sostuvo alguna vez: “Tengo casi todo lo que se puede tener”. Si alguien le hubiera preguntado a qué clase social pertenecía, seguramente no hubiera dicho the middle class. Para Marx ésta era la clase que no es burguesa ni proletaria, la que oscila entre el yunque y el martillo. Ocampo fue absolutamente consciente de su lugar, y por tanto de las obligaciones que “naturalmente” le correspondían, ya que la historia argentina era un asunto de su familia. José Alfredo Martínez de Hoz, otro integrante nato del mismo club, me explicó –en su despacho del quinto piso del Ministerio de Economía–: ser ministro para mí es “una obligación”; obligación que surgía de los privilegios sociales que había usufructuado. “A grandes ventajas, grandes obligaciones”, sostuvo. Hablaba en serio.

Pues bien, las virtudes de la dictadura burguesa terrorista y de sus beneficiarios sociales y políticos han quedado atrás; hoy nadie quiere hacerse cargo de responsabilidad alguna, sólo se trata de vivir en un país barato, tranquilo y eficiente. Cuando se observa el temario del debate que atraviesa a la sociedad argentina, todo queda claro: no se trata de una discusión sobre el nuevo perfil industrial ni de las dificultades para integrar política y económicamente Sudamérica, ni siquiera la cuestión ambiental; por eso el rabino Bergman y Abel Posse dan el tono; un tono que remite a los argumentos explícitos de Luciano Benjamín Menéndez. Y todo lo demás es historia.
Una conocida que dispone de varios millones de dólares y vive en una preciosa casa en Nordelta proclamó suelta de cuerpo: “La clase media tiene que defenderse”, dando por sentado que ella pertenecía a tan primoroso club. Debemos admitir que dice la verdad de sus aspiraciones. En todo caso, el temario del country –seguridad, policía, delincuentes y libre circulación por las rutas argentinas– la incluye, y contiene todas las aspiraciones de la hegemónica “clase media”. ¿Y las otras? No existen, en todo caso hay que reconstruirlas.
Mientras la sociedad argentina tuvo una clase dominante que actuaba como dirigente las demás discurseaban proyectos más o menos “propios”. No bien el único programa se redujo a vivir en paz, a que nadie te joda, a poder disfrutar de lo obtenido y sacarle el mejor provecho posible, un horizonte genocida se abrió para la sociedad argentina. En ese horizonte todos los que constituyen alguna clase de obstáculo –los pobres, los inmigrantes, los sometidos a condiciones de marginalidad, los que dependen de la acción del Estado, los minusválidos, etcétera– son sospechosos de integrar la vasta conjura que impide a la gente respetable dedicarse a nada. Esto es, que nada tenga que importarte salvo hacerse las lolas, o cambiar una esposa de 45 por una más tilinga de 22, mientras todos tratan de seguir siendo indefinidamente adolescentes.
El 2001 mitigó durante una fracción de segundo histórico esta paupérrima perspectiva que el menemismo terminó de instalar con tanto éxito; pero no bien el 3 a 1 se estabilizó, cuando el viento de cola del mercado mundial volvió a mostrar que Dios era argentino con buenos precios agrarios internacionales, cada cual volvió a sus asuntos, esperando que el gobierno se hiciera cargo de todo lo demás. Con la reaparición del conflicto social –la 125 trajo a la superficie los sedimentos más miserables y constitutivos de una sociedad que no repensó nada– los temores revivieron, movilizados por el nuevo horizonte de crisis; todas las pústulas de la sociedad argentina se recobraron; y una vez más quedó claro que los responsables de la dictadura terrorista no eran sólo tres comandantes militares sino la compacta mayoría que –implícita o explícitamente– militó bajo las banderas del “por algo será”.
Ahora se entiende: la sociedad argentina se observa a sí misma desde la perspectiva de la clase media adolescente, porque de ese modo no es responsable de nada; y si no es responsable otro tendrá que hacer lo que haya que hacer, para que comprar Chanel Nº 5 en el duty free shop deje de ser un engorro. Y ese otro se parece peligrosamente al Fino Palacios.
Fuente texto: diario Buenos Aires Económico, 14 de diciembre de 2009

1 comentario:

  1. Esteban: veo que has empezado de nuevo a escribir y eso es muy buena señal.

    Con respecto al artículo de "la minga" de Alejandro Horowicz: sobre la clase media, lo leí.
    No tuve tiempo de contestar.
    Ya lo haré porque se merece una respuesta especial, así como bien lo has hecho vos de transcribirlo en tu blog.

    Sabés que en líneas generales y en otras líneas que no lo son tanto , coincido con vos en muchas cosas, fundamentalmente en que Martínez de Hoz ni ahí es ni ha sido clase media, eso por un lado.

    Lo que no entiendo es eso que ponés sobre que

    -1)-la clase media la fabricó el gobierno? puede ser?
    o yo entendí mal?

    -2)-que Cavallo "tenía" (pretérito, no?) "la perversidad de un esquizofrénico?

    Lamento decirte que con estas dos premisas no acuerdo para nada:

    En el primer caso porque a la clase media no la inventó ni la fabricó ningún gobierno, a la clase media la inventó el sistema capitalista.

    En todo caso fueron los gobiernos de turno que la pusieron en funcionamiento, porque la clase media "les es funcional" cualitativa y cuantitativamente.

    En el segundo caso, también difiero de tus apreciaciones porque:

    -a)- Cavallo no "era" ni "tenía" (en tiempo pasado) una marcada y fuerte pulsión perversa, la tiene y la seguirá teniendo así como Menéndez y Cía&Cía...
    como decís vos a los "amigos de turno del poder".
    Porque demostraron ser perversos.
    Per-vertir es "vertir en un lugar que no es", de ahí se desperende la per-versión, o sea cambiar el lugar que naturalmente corresponde vertir.

    -Un ejemplo muy burdo y doméstico: no se lavan los platos en el inodoro, porque el lugar para ello es la bacha de la cocina o el lavadero-

    Más prueba de ello que la sub-versión que se mandaron con el golpe de estado?

    Sub-vertir los poderes del estado y sus instituciones.
    Eso es eminentemente perverso.

    Y en mi afán de contribuir al debate para aclarar puntos que no queden oscuros por ahí (porque se y me consta -porque te conozco- que tu verdadera intención no ha sido discriminatoria, creo que ha sido una metáfora, pero no creo que todos la puedan interpretar y que puede herir susceptibilidades)

    Me refiero a:
    lo de esquizofrénico:
    ahí ya disiento de acá a la china porque los esquizofrénicos son personas enfermas mentales (uno de los sectores más vulnerables de la sociedad junto con los niños y los ancianos) que tienen serios problemas psicológicos y mentales y no necesariamente son perversos.

    En todo caso son locos y los locos más locos de los manicomios no hubieran cometido las atrocidades que hicieron estos innombrables en la historia y en las vidas de los argentinos.

    Yo cuando era chica tenía miedo a los muertos y a los locos y mi abuelito me dijo:

    -..."No le tenga miedo a los muertos, esos no podrán hacerle daño jamás: tiene que cuidarse se los "vivos"...

    Con respecto a los locos me dijo: ..."no le tema a los locos, pero sí tenga cuidado con aquellos que dicen estar sanos"...

    Los locos del Borda, esos que el "magnánimo Macri" quiere borrar del mapa, porque los locos dicen cosas y denuncian verdades y mentiras dulces que en realidad terminan siendo "verdades amargas"...

    La clase media sí que es traidora,la clase media es "pequeño burguesa"...
    En este punto nos damos la mano fuertemente.

    Un abrazo...Sil

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